jueves, 14 de enero de 2010

Los Ultimos Momentos De Siete ....


Mis hermanos se han ido y esta será mi tumba.
Lo comprendo, la misión es lo primero.
No les guardo rencor, es más, me alegro que hayan sido capaces de salir de aquí con vida.
Es curioso a pesar de que se me inculco el deber de albergar ningún sentimiento no puedo evitar pensar que les echare en falta.

Pero no es momento de entristecerse, se acercan.

Una sonrisa cruza mi rostro mientras recojo mi arma.
Recuerdos del pasado.
Nuestros días como reclutas, nuestros días en los campos de batalla luchando por aquello que se nos creo, los piques de quien había abatido a más enemigos… la ilusión de volver a vernos, seguros, después de una misión.

Todo eso se acabo, ha llegado la hora de rendir cuentas.

Puede que nunca se me recuerde entre los míos, pero mis enemigos me recordaran con terror.

Cargo mi arma.

Las compuestas se abren y aparece los trandoshanos.

Estúpidas criaturas, no saben reconocer el peligro.

Sus gritos de guerra llegan a mis oídos y hacen hervir mi sangre.
El deseo de luchar se hace más grande.
Para esto fui creado, para luchar, y moriré luchando.

Ráfagas de disparos inundan la sala.

Sangre, entrañas y miembros cubren el suelo.

He acabado con muchos pero me he quedado sin munición…

Otra horda más parece.

Salto sobre mis enemigos. No soy capaz de contar todas las balas que han atravesado mi armadura...

Un último vistazo al cielo por el ventanal en un lateral de la sala me hace ver que la nave donde estaban mis hermanos ya ha salido de la órbita del planeta.

Gritan de euforia al pensar que han acabado conmigo. Ilusos.

Activo la vibro-cuchilla y la granada de emergencia.

3.

Rajo un cuello y su sangre verde baña mi armadura.
Es curioso el sonido que hace la carne al ser seccionada, lo echaré de menos.

2.

Un disparo. Arranco los brazos del culpable.
Otro grupo de trandoshanos entra en la sala:
Cuantos más mejor.

1.

Una espada de trandoshano me divide en dos el casco quitándomelo, dejando que pueda ver con mis propios ojos el horror de los trandoshanos cuando descubre mi trampa, tarde.

Adiós, he muerto haciendo aquello por lo que fui creado y no seré recordado….

0.

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