jueves, 24 de junio de 2010

Despertar



Estoy en una habitación blanca, enorme y vacía.
De repente aparece un hombre vestido de negro y cuya camisa deja ver sus brazos titánicos.

En mi cabeza empiezan a aparecer una serie de imágenes, que podrías ser… ¿recuerdos?

Sí ahora lo veo, ahora sé que hago aquí.

Mi padre tenía un talento innato para la lucha y cuando era joven formó una organización de luchadores con gran talento.

Dicha organización se encarga de luchar contra las maldades del mundo desde las sombras, nadie sabe de su existencia salvo los miembros.

Sin embargo yo llevo años sin saber de ella y por algún extraño motivo ahora el recuerdo de su existencia vuelve a mí.

El titán viene hacia mí y trata de golpearme.
Curiosamente, esquivo el golpe que podría haber sido mortal y acabo en detrás suya.

-¿No te sientes mejor ahora? Tu cuerpo ya ha empezado a recordar el entrenamiento al que sometimos.
Más imágenes en mi cabeza.
Cierto, cuando era pequeño ya me enfrene antes a este coloso.
Y le derrote.

Lanza otro golpe que pasa rozando mi mejilla, pero ya estaba calculado, mi subconsciente había calculado la distancia del golpe para no desperdiciar nada de energía, mi próximo movimiento sería el ultimo del combate.

De otro salto llego a la pared.
Sí, es exactamente como recuerdo haberlo hecho antes,
Viene hacía a una velocidad sorprendente, curiosamente también está calculado.

Antes de que su puño impacte en mi cara ya he dado tres pasos en la pared para que con la fuerza del impulso y la fuerza de gravedad mi golpeo acabe con mi rival.

Al parecer él también recuerda nuestro último encuentro ya que con su particular velocidad se gira o agarra mi puño.
¿De verdad se pensaba que todo sería como lo recordaba?
Aquella vez era más pequeño y tenía menos fuerza en los brazos y le ataque con mis piernas pero esta vez mi puño se ha estrellado contra su mano y con un leve giro de muñeca, mi perna izquierda se estrella en su sien.

Salgo de la habitación por una compuerta que se acaba de abrir.

Mientras paseo por el edificio veo a más alumnos entrenarse y muchas caras conocidas.
Cada cara trae a mi cabeza una serie de imágenes que traen los recuerdos de cómo conocía a cada persona.

Ya en los vestuarios, me cambio de ropa y me pongo la chaqueta con el símbolo característico de la organización, una llama blanca.

Cuando salgo del vestuario me encuentro con mi padre.
Todos los recuerdos que tengo de mi niñez son una farsa, una farsa que habría de volverme más fuerte después.
-¿Qué tal después de tanto tiempo sin sentir tu verdadero poder? Mi padre sonríe
-Solo hay una cosa que quiero volver a probar.
Y sin más explicación salto por la ventana.
Mi subconsciente me dice que puedo hacerlo, es sencillo si sabes aplicar la fuerza necesaria y conoces el secreto del viento, y ambas cosas las sé.

Planeó, no vuelo, volar es imposible… por ahora.

Recorro la ciudad rememorando los recuerdos falsos y los verdaderos, a fin de cuentas todos ellos son míos.

Me cambiaron la memoria para que descubriese por mi mismo la diferencia entre el bien y el mal y dependiendo de mis actos justos o malvados, mis habilidades y recuerdos me serían devueltos.

Escucho un silbido, es la llamada de la Llama Blanca.

Cuando llego al lugar veo como mi padre observa un autobús del que descienden un grupo de jóvenes vestidos con túnicas blancas.
- Tu deber es protegerlos, son el futuro de la humanidad.
Entre ellos reconozco el rostro de la persona, que según mis recuerdos falsos, una vez quise, cuando aún era muy joven para saber que es el amor.
Sus ojos marrones y su pelo largo y oscuro ya no me enamoran pero sí me hacen sentirme nostálgico.
“Mi apellido es de noble” me dijo en una ocasión… Todo tiene sentido.

-Tienes que llevarte a unos cuantos a la casa que tiene tu madre en Retamar hasta el día 21.
Y con este pensamiento “Genial, una casa en Retamar y encima libro el día 22 podré ir a ver a…”

Todo el mundo que había construido mi subconsciente se desmorona.
Todo se vuelve oscuro.
Solo queda mi propia figura suspendida en la oscuridad.
Sonrío.

No estoy triste por haber despertado de este sueño muchos me dirían “Un mundo donde eres un héroe, tienes habilidades increíbles y encima vuelas, como no vas a estar triste al chocar con la deprimente realidad”.
Cierto es que volar siempre ha sido una obsesión mía desde que soy niño y ha estado presente en mis sueños desde entonces.

Aún así estoy contento de haber despertado ya que es el la realidad me espera la persona que amo.

sábado, 12 de junio de 2010

Cuento


Un día más estaba sentado en el mismo tronco

<< Aún recuerdo su sonrisa cuando giró ligeramente la cabeza para decirnos “No voy a huir”.

Nunca entendí porque lo hizo, porque dio sus vidas por nosotros.
¿No tenía miedo? ¿Tanto ansiaba la lucha? ¿Tanto ansiaba morir?

Es curioso como en los que pueden ser mis últimos instantes soy capaz de comprenderlo.

El no quería decir “No voy a huir” sino “No puedo huir”, ¿Cómo iba a huir cuando a su espalda estaban sus compañeros y hermanos? Sí el huía el enemigo se tiraría a por las personas que quiere.

No, él no dijo “No voy a huir” quería decir “No voy a dejar que el enemigo avance más”

Tal vez fue por ese pensamiento por lo que aunque la espada del enemigo ya le hubiese atravesado consiguió abatirlo a él y a tres de sus compañeros antes de caer.

Tal vez, murió con una sonrisa porque protegió a aquellos que amaba.

Giro la cabeza para ver a mi esposa que se dirige a la puerta trasera con los niños y por un instante sus ojos verdes se quedan clavados en los míos.
Puedo leer el miedo en sus ojos.

Sonrío.

Una fuerza invade mi cuerpo.
Sí, ahora sí soy capaz de comprenderle.

Cuando vuelvo a mirar al frente, ya han atravesado la barricada improvisada que habíamos construido.

Empuño mi espada y me voy en pos de mi destino.>>

- Aquel día no fue el último para mí.
Pero fue el día que descubrí que la mayor fuerza de todas surge cuando quieres proteger a las personas que amas y que miedo de vivir sin las esas personas es mayor que el de morir.
Algunos niños le miraban con cara de no haber entendido nada y en otros vío como una pequeña hoguera empezo a encerse en sus corazones.

-Pero niños, no hagáis caso a las reflexiones de este anciano, aún os queda mucho por vivir.

El anciano, que todos los días se sentaba a la sombra de aquel sauce, murió al poco tiempo, pero sus palabras no murieron, inspiraron a muchos, de los cuales algunos llegaron a ser grandes héroes.

Pero eso son otras historias que algún día alguien contará.

martes, 1 de junio de 2010

Famiglia



Por ellos seré:

Como el Sol, los protegeré con mi cuerpo, cuando la oscuridad se cierne.

Como la Tormenta, desataré mi poder cuando estén en peligro.

Como el Trueno, recibiré los golpes que vayan hacía a ellos.

Como la Niebla, les ofreceré cobijo cuando tengan miedo.

Como la Nube, aunque me hayan olvidado, acudiré en su ayuda.

Como la Lluvia, limpiaré su camino de infelicidad.

Por ellos, las personas a las que quiero y aprecio, que son mi Cielo.