lunes, 10 de mayo de 2010

Me toca a mí decir una pequeña parte de como me sentía...

Cuando estábamos juntos siempre pensaba que te quería pero dudaba de poder cumplir tus expectativas.
Aún así me esforzaba.

Pero cada vez eran más constantes tus observaciones de lo perfectos que habían sido tus anteriores parejas haciéndome sentir insuficiente… cada día un poco más.

Sí, necesitaba tenerla a ella a mi lado, pero no por ello no dejaba de quererte.
Me sugieres que te deje y me vaya con ella.
No quise dar nuestra batalla por perdida.

Entonces un día aparece alguien de tu pasado, uno de esos héroes helenísticos dignos de las escrituras de Homero, que había transformado tu vida y lo necesitabas a tu lado y lo comprendí.

Las alusiones a lo fantástico que había sido él bombardeaban cada noche mi cabeza debido a la cantidad de veces que te escuchaba decirlas… y como no, la forma de decirlas, como soñando con volver a sentir todas aquellas sensaciones.

Un día creo amarte, esa noche me dejas.
Volvemos.
Empiezo a sentir de nuevo la necesidad de estar a tu lado, me vuelves a dejar.
Volvemos.
Parece que tus hermosos recuerdos sobre tus amantes iban a parar de resonar en mi cabeza.
Error.
Seguías rememorándolos.
No me rendí.

Cada noche me dices que me vaya con ella, que con ella sería más feliz.
Ahora sé que no te equivocas, pero por aquel entonces prefiría pensar que podía ser feliz a tu lado

Lo volvemos a dejar, tienes que hablar con la persona que necesitas a tu lado y no te fías de si harás algo con él…
Le odio, es la persona que está consiguiendo que deje de quererte y asuma que me vas a abandonar tarde o temprano.

¿Volvemos?

Mi corazón está demasiado quemado y me había dado cuenta que temía el perderla a ella de mi vida.

Sé que ya no voy a poder quererte como antes, pero aún así te apreciaba muchísimo.

Empiezo a salir con ella.

Al día siguiente tratas de que volvamos, pero es tarde ya estoy con ella y no voy a abandonarla.

“Aunque ahora la quiera a ella no es motivo para que deje de sentir afecto hacia ti” me decía.

Pero tú no querías mi afecto y me enviabas indirectas o directas de que me seguías amando y que me necesitabas.

Yo quería tu amistad, incluso quede contigo una vez, como te prometí cuando aún estábamos juntos que haría si por un casual lo dejáramos.

Pero tus directas, indirectas y oblicuas le hacía daño a la persona que quería asique me fui separando de ti.

No quería que a la persona que quería se le quemase el corazón como se me había quemado a mí.

Me distancie de ti.

Pero quería que fueras feliz, que encontraras en otra persona el amor que yo no había podido darte.
Rece para que mi deseo se hiciera realidad.

Las pocas veces que hablábamos y me contabas que habías conocido a alguien me alegraba enormemente por ti.

Al final nos distanciamos del todo, sabía que era lo mejor.

Cuando empezaste con él me alegre muchísimo.
Y cada vez que quedaba con él y me decía que te echaba de menos pensaba “al final al encontrado a alguien que puede amarla como yo no pude hacer”
No vi oportuno avisarte de aquello que me había hecho dejar de quererte pues me imaginaba que no cometerías los mismos errores.

Pero lo dejaste con él también.
Me sorprendió mucho la noticia y me dio mucha pena la verdad.

Poco tiempo después empiezas a salir con alguien al que admiro mucho y con quien me llevo genial.

Una noche un mensaje interrumpe una pesadilla en la cual la persona a la que amo se va con alguien de su pasado.
El mensaje decía “Lee los blogs, algo me da mala espina”

En ellos decías que nunca antes habías amado a la persona que yo amaba y que te acababas de dar cuenta de ello.
No sentí celos porque la quisieras a ella, sino temor porque sabía que de cierta forma ella te necesitaba a ti y tenía miedo que la historia se volviera a repetir, que el pasado llamara a la puerta de la persona que amo y me hiciese dejar de hacerlo.

Pero estaba vez es distinto, la amo demasiado como para rendirme.

Decido no odiarte por haberme provocado ese miedo, sino en cierto modo agradecerte que haya perdido el miedo a perderla y me pueda concentrar más en amarla.

Aún así sigues enviándole oblicuas e indirectas.
Hay quienes dicen que son metafóricas yo se que en cierta forma no son metafóricas

Hasta que un día le insinúas que voy a dejarlo con ella así porque sí, porque nada dura eternamente, “si nada dura eternamente porque no dejarlo ya”.

Ese comentario me parece tan estúpido como “para que respirar si vas a morir de todas formas”

Creí odiarte, pero una vez te quise y por ello no puedo hacerlo, solo puedo mostrar indiferencia hacia ti y casí que prefiero acabar bien, en un simple vie y deja vivir.

Aunque sé que me alegrare cuando sepa que las cosas te vayan bien y sé que esperaré que así sea.

Tal vez me pase con mi comportamiento.
Me pase con lo que dije, la palabras pueden dañar más que un puñetazo.

Tal vez me equivoque al no decirte nunca como me sentía, pero ya es tarde.

Solo quiero pedirte perdón, desearte lo mejor y que no te entristezcan las palabras que con el corazón encogido de ¿rabia? ¿Miedo? una vez te escribí.

Solo te pido un favor, vive tu vida y céntrate en ella, se feliz y no intentes ver en los acontecimientos futuros ^^

domingo, 9 de mayo de 2010

Para cierta persona...


Ojala pudiera saber con exactitud la cantidad de gente que ha soñado con matarte.
La cantidad de sufrimiento que ha llegado a desear la gente que sufrieras.
La cantidad de gente que ha deseado que nunca hubieses entrado en su vida…

Alguna que otra vez yo he tenido alguno de estos pensamientos hacía ti.

No sé como lo haces, pero has conseguido que me dé cuenta de lo difícil que es alcanzar la felicidad, ya que tu siempre estarás allí para tratar de espantarla y hacerme volver a correr en su busca.

¿Cómo puede llegar alguien a ser el foco del odio de tanta gente?

A veces creo entenderlo y comparto el sentimiento de odio.
Otras me das lastima y me apiado de ti deseando que la vida no te castigue.

Que estúpido soy.

Siento compasión de la persona que me va clavando puñaladas poco a poco, cuando menos me las espero.

Pero yo no quiero que te ocurran las peores desgracias que puede imaginar la oscura mente.
No.

Al igual que yo eres un ser humano y ningún ser humano se merece eso.
Ningún ser humano se merece ser odiado de esa forma, hasta esos extremos

Prefiero creer que nuestros caminos se encontraron por alguna razón.
Tal vez, para que dejase de ver solo la luz de este mundo o que no todo es de color de rosas que mis actos pueden llegar a provocar sufrimiento a otras personas aunque a esas personas se les aprecie mucho… y que más tarde o más temprano esa/esas personas irán a por ti con todo lo que tienen…

He decidido no odiarte y dejar que hagas lo que te dé la gana, aunque ya lo haces.
Pero algún día te darás cuenta de lo mismo que acabo de averiguar yo.

No dudes que llegara el día que te encuentres suspendida en el abismo donde habrá gente ,que como tú me haces a mí, te pisaran las manos para que caigas y , de verdad, espero que haya alguien para sostenerte antes de que caigas…

Tranquila, aun queda mucho para que te ocurra una situación parecida (o eso espero).

Solo quiero que sepas que llegado el momento yo no te voy a pisar los dedos para que caigas pero tampoco voy a darte la mano para que te salves.

Simplemente miraré desde abajo… desde las profundidades del abismo donde tú me empujas.

Que vivas eternamente.

Aquel que una vez te aprecio…
Aquel para el que ahora le eres indiferente...

miércoles, 5 de mayo de 2010

Una mirada al cielo...


A lo lejos ve a su señora.
El sonido metálico que genera al correr se armoniza con su respiración agitada y con las olas, que furiosas golpean el acantilado.

Su Señora está mirando el cielo, observando como unas tenebrosas nueves negras , poco a poco, se acercan, desde más allá donde el cielo y la tierra se unen.

Aún algo fatigado se acerca a su Señora y con voz firme le dice:
- El ejecito os espera.
Sin dejar de contemplar las oscuras nubes y con la voz temblorosa susurra:
- Mi fiel caballero, ¿Ves esas nubes tenebrosas que se ciernen sobre nosotros? Me dan miedo. Tengo miedo de que se queden ahí para siempre y nunca más, ocultando para siempre la luz del Sol y el azul del cielo.

Había visto ese tipo de cielo cubierto de un manto oscuro en innumerables ocasiones y en muchas de ellas él mismo había tenido ese miedo.

Sonriendo al recordar las palabras de su viejo maestro, se quita su casco y se sitúa al lado de su Señora, haciendo algo que a alguien de su categoría le está prohibido, abrazarla y decirle suavemente al oído:

- No tema, algún día se irán cansadas de oscurecer con su presencia el corazón de los hombres, dejando en su partida la luz más esperanzadora y hermosa que jamás haya visto.
Lady B.B. recordaba este acontecimiento mientras sujetaba, entre sollozos, el cuerpo ensangrentado de su caballero.
De la boca del caballero salen unas palabras y en sus labios se dibuja una sonrisa.
Lady B.B. mira al horizonte.

¿Está contemplando la retirada del ejército rival?

¿O, tal vez, mira el azul infinito del cielo adornado por un lazo de los más bellos colores?